Carpintería de Fernado Bas, Guillén de Castro, 139




Colección Fernando Bas

En la segunda mitad del s. XIX, Carlos Bas Artola regenta una carpintería en la calle Gracia (Músico Peydró), de la que tenemos constancia ya en 1892. Iniciaba así un negocio que ya alcanza su cuarta generación.

Entre 1892 y 1897 se traslada a la calle Muda, 3 (Poeta Llombart). Con el cambio de siglo vuelve a trasladarse, estableciéndose esta vez en la calle Mallorquins 3 y 5, tal vez buscando mejor acomodo o un alquiler más asequible.

En la primera década del s. XX deja el negocio a Evaristo, uno de los hijos de su numerosa prole, formada por tres varones (Evaristo, Fernando y Manuel) y cinco mujeres (Amparo, Carolina, Isabel, Josefina y Manuela). Aparte de Evaristo, también Fernando seguirá los pasos de su padre en el mundo de la carpintería.

Evaristo, hombre de elevada posición "que tenía hasta ama de llaves" en palabras de su sobrino y propietario actual, goza en la actualidad una calle dedicada en Benimàmet. Prosigue el negocio familiar en la calle Mallorquins y fallece en 1956. Bajo su gerencia cambia el nombre del negocio para darle el suyo propio.

La familia Bas prospera pues en torno a 1914 abren un aserradero en el lugar que hoy ocupa la actual carpintería de Fernando Bas. La acabará regentando otro de los hijos de Carlos Bas, Fernando, padre del propietario actual, aunque el negocio seguirá siendo conocido como "Carpintería de Carlos Bas" hasta el fallecimiento de Fernando en 1957.

Catálogo. Colección Fernando Bas 

Ese mismo año toma el relevo el actual propietario, Fernando Bas Grau, hijo del anterior y que representa a la cuarta generación al frente del negocio. Ligado a la empresa familiar desde su infancia trabaja en ella desde muy joven, aprendiendo los fundamentos del negocio y viviendo en él alguno de los principales acontecimientos históricos del s. XX. El propio Fernando nos relata como durante la Guerra Civil, se vivieron en las inmediaciones de la carpintería, disturbios y tiroteos que él mismo aún recuerda, junto a otras anécdotas como que la carpintería tenía dos entradas, una de ellas, la que recaía a la calle Quart hoy desaparecida y convertida en portal o la curiosidad de que en la propia carpintería guardaban un caballo francés, cuya caballeriza, delimitada por una sencilla mampara de madera, aún conserva y se prestó a mostrarnos.
Caballeriza.

El negocio tuvo salida a dos calles, la referida a la calle Quart, hoy desaparecida al edificarse una finca contigua y que sufrió diversos cambios de numeración durante su historia y la salida a la calle Guillem de Castro, entrada actual al negocio.

Con Fernando, según sus propias palabras, se extinguirá esta centenaria estirpe de carpinteros pues no habrá una quinta generación que tome el relevo.

Autores: Gumer Fernández y Enrique Ibáñez

Agradecemos a D. Fernando Bas, propietario del negocio, sus interesantes aportaciones y el material cedido para elaborar esta entrada.

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