Fábrica de bolas de billar de Luis Bruguera. Calle San Vicente Mártir, 21

Fábrica de bolas de billar de Luis Bruguera. Calle San Vicente Mártir, 21


El origen del billar es confuso disputándose ingleses y franceses su invención. El juego tiene su origen en otros más antiguos propios de la alta sociedad europea como el croquet de mesa que consistía en puntuar empujando la bola a través de un arco y del que se dice Mozart era un gran aficionado.

Mozart componiendo en una mesa de billar


A lo largo del siglo XVIII, el billar llegó a las colonias americanas como un juego elitista propio de clases sociales elevadas. En el siglo XIX el juego se fue popularizando y en Europa se generaliza en los pujantes cafés de la sociedad burguesa. a finales del siglo XIX todo café que en Valencia quisiese ser tenido por local distinguido había de contar con mesa de billar. En 1887 la ciudad de Valencia contaba con ocho salones de billar, entre ellos el de José Alapont, Hermanos Cayol en la calle Ribera o Federico Serrano en la Bajada de San Francisco.

Grabado de jugador de billar, siglo XIX

Luis Bruguera abrió su fábrica de bolas de billar en el año 1886 en la calle Ribera 33, pocos años después de que José Escardibul fundase en Barcelona la primera fábrica española de bolas de billar. Pocos años después Bruquera se traslada a la calle San Vicente Mártir número 44 y en 1897 ya lo vemos instalado en su sede definitiva en el número 41 de dicha calle (hoy número 21 frente a la calle San Fernando), donde la empresa permanecería hasta su cierre.

Publicidad año 1897

Las bolas de billar eran un producto muy demandado, se estima que para cubrir la demanda británica en el siglo XIX era preciso el sacrificio de 12.000 elefantes al año y que el stock de bolas de la estadounidense Burroughes & Watts equivalía al marfil de 6 kilómetros de elefantes en fila india. Los materiales empleados eran caros y difícil de trabajar, auque para fabricar bolas se podía usar madera de raíz de brezo, marmol o alabrastro entre otros materiales el marfil era el preferido aunque era más costoso.



Bruguera solo empleó marfil y podía obtener hasta diez bolas por cada par de colmillos de elefante contando con que la materia prima estuviese bien curada, proceso que requería dos años de secado y que no se agrietase durante el pulido. Para evitarlo se pulían de forma progresiva y cuidadosa en un ambiente seco para evitar que el marfil, material poroso, aumentase de volumen al ganar humedad y la bolo se quebrase. Así las cosas las bolas tenían precios prohibitivos, por lo que Bruguera no solo fabricaba bolas nuevas, sino que las componía cuando estaban quebradas puliéndolas para obner una de menor tamaño. Esta era una práctica habitual rezón por la quelos juegos de billar empleaban bolas de tamaño desigual, cosa que no afectaba al juego pues el tamaño de dichas bolas no estaba reglamentado.
Bolas de Bruguera de marfil. Extraído de Todolección.net

A finales del siglo XIX Bruguera diversificó su oferta con paraguas, bastones, pipas de fumador y juegos de mesa con parchís y ajedrez. el denominador común de estos productos era que alguno de sus componentes se elaboraban con marfil. De este material se elaboraban empuñaduras de paraguas, bastones, fichas y dados de parchís las piezas de ajedrez o cazoletas de pipas de fumador. Su gama de pipas no solo incluía las de marfil sino que además vendía talladas en sepiolita y ámbar. Además de fabricar y vender al por menor productos acabados, vendía accesorios y componentes y contaba con personal especializado en reparar todos los productos que vendía.

Publicidad año 1900

A principios de los años treinta, se había incorporado al negocio José Bruguera y en los años cuarenta los Bruguera dejaron paso  a Benjamín Muñoz Fernández que mantuvo la misma gama de productos. en ese periodo comienzan a generelizarse poco a poco las bolas de pasta, fruto de los intentos por abaratar sus costes. A lo largo de los años 50 se pierde el rastro de esta empresa. En la actualidad  aunque sin relación con el antiguo comercio, se encuentra allí instalada la Casa del Ámbar.

Parchís Bruguera
Publicidad año 1939

Casa del Ámbar calle San Vicente 21


Autores: Enrique Ibáñez y Gumer Fernández.



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