Fábrica de conservas de Harker y Badía. Calle Ruaya, 46.

Fábrica de conservas de Harker y Badía. Calle Ruaya, 46.

                    

En el año 1908 se crea la fábrica de conservas de José Badía en la calle Casas del Real o también llamada "carrer de Mija Galta", que según e José Martínez Aloy en el artículo La alquería de Barrinto que yo conocí (consultado en línea y publicado en noviembre del 2011), corresponde a la actual calle del Actor Mora, aunque poco tiempo después el domicilio social de esta fábrica tiene su entrada por la calle Ruaya, calle que en año 1909 solo tiene una referencia de comercio en toda la calle.

Publicidad en tarjeta postal. Fuente: Todocolección
Cuando abre Badía en Valencia habían pocas fábricas que se dedicaran a las conservas de frutas y hortalizas y estaban todas en la periferia de la ciudad, destacando la de Moisés Anadón en el Camino Nuevo de Bujassot,  Guillermo Morris en el camino Nuevo del Grao  o la fábrica de conservas vegetales de los Hermanos Aracil en el Camino de las Atarazanas,7.

El fenómeno del uso de las conservas se inició en el año 1795 cuando el pastelero francés Nicolás Appert empezó a utilizar el procedimiento de esterilización que tiene su nombre, desde su pequeña pastelería parisina. Los alimentos se metían en un tarro de cristal cerrado con un tapón de corcho que cerraba herméticamente el producto. Posteriormente este recipiente se calentaba al baño maría con agua hirviendo, y posteriormente cambió este procedimiento por vapor que permitía una mejor conservación. En 1822 fue nombrado Benefactor de la Humanidad por la Sociedad de Fomento de la Industria Nacional. Por otro lado en 1810 el inglés Peter Durand patenta una caja de hojalata soldada que sustituía al cristal, y que tenía un agujero superior por donde se introducía el contenido a guardar.
La extensión del uso de los alimentos en conservas fue crucial para abastecer a los soldados durante la I y la II Guerra Mundial.

Primeros botes de conservas. Fuente: Junta de Andalucía
En la década de los años veinte del siglo XX  la empresa se convierte en capital extranjero bajo la denominación  Harker y Badía S.L., orientado su producción a la exportación íntegra de su producto a la exportación al extranjero, principalmente al Reino Unido, Francia, Alemania, Holanda, Argentina y Cuba. No será la única industria conservera valenciana con capital extranjero, ya que la la Sociedad The Morris Preserves Exportation Co. Ltd. de origen inglés con sede en Londres, con centros de producción en Puzol y Valencia.

Fuente: Revista El Sueco año 1925
Ficha publicitaria de 5 céntimos






Las fábricas conserveras tenían su zona para la producción de sus propios envases tanto de cartón como de hojalata, que se compraban en el extranjero. Esta dependencia de la materia prima extranjera hizo que no se desarrollara fuertemente en la economía española.

La producción de esta conservera llegó a las 2.516 toneladas en el año 1933 con un valor de ventas de más de un millón trescientas mil pesetas de la época, todo en el mercado internacional. En el ámbito estatal se producía 60.000 toneladas orientado el 80% a la exportación.


Por lo tanto esta empresa siempre estuvo orientada a la exportación de productos de la huerta de valencia: tomates (bajo la valenciana marca de El Palleter), cítricos, verduras y frutas diversas para mermeladas.

En la posguerra la fábrica estuvo a nombre de José Badía Sania hasta su fallecimiento en el año 1956, desde entonces la empresa se llamó Conservas Badía S.A. hasta su disolución en el año 1997. En sus últimos años  la empresa estuvo asociada a Faconsa (Fabricantes de Conservas S.A.), junto con otras empresas valencianas. Participó en numerosas Ferias como expositor, como la Feria Internacional de Barcelona en el año 1974. Actualmente Conservas Badía S.L. suministra a Mercadona.

Latas de cerezas, cabello de ángel y macedonia
Tomate de la huerta valenciana



Autores: Enrique Ibáñez y Gumer Fernández

































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